Ingredientes (para 4 personas):
- 1,5 kg. de costilla de cerdo
- sal y pimienta negra
Para la salsa barbacoa:
- 2 cebolletas
- 2 dientes de ajo
- 1 cucharada sopera de pimentón dulce o picante
- 2 cucharadas soperas de salsa Worcestershire
- 2 cucharadas soperas de salsa de soja
- 2 cucharadas soperas de mostaza de Dijon
- 1 cucharada sopera de miel
- 3 cucharadas soperas de Kétchup
- ½ cucharada sopera de orégano
- ½ vaso de agua
- aceite de oliva
Para acompañar la costilla:
- 4 patatas medianas
- aceite de oliva
- sal
Elaboración:
Primeramente, a la hora de comprar la costilla, le decimos al carnicero que le de unos cortes para poder trocearla más fácilmente una vez está hecha.
Una vez en la cocina, salpimentamos la costilla y reservamos en una fuente honda.
Para preparar la salsa barbacoa, rehogamos la cebolleta picada finamente en una cazuela con un chorrito de aceite a fuego fuerte. Una vez que está bien dorada, añadimos el ajo picado finamente. Seguido, incorporamos el pimentón y retiramos del fuego para evitar que se queme.
Añadimos el resto de los ingredientes: es decir, la salsa worcestershire, la salsa de soja, la mostaza, la miel, el Kétchup, el orégano, el agua y mezclamos bien.
Ponemos la cazuela nuevamente al fuego y dejamos cocer durante 2 minutos aproximadamente.
Vertemos la salsa barbacoa sobre la costilla de cerdo. Y con ayuda de las manos frotamos la costilla con la salsa barbacoa, la embadurnamos bien.
Tapamos la fuente con papel film y metemos en la nevera para que se marine durante 2 horas como mínimo. Si lo dejamos de un día para otro será mucho mejor.
Precalentamos el horno a 180ºC.
Colocamos la costilla sobre la bandeja de horno, vertemos un vaso de agua en el fondo de la bandeja y horneamos durante 40-45 minutos.
Comprobamos que la carne se separa del hueso con facilidad y sacamos del horno.
Dejamos reposar durante 5 minutos tapada con papel de aluminio antes de trocearla.
Para hacer las patatas fritas, pelamos y lavamos las patatas, las cortamos en rodajas muy finas (nos podemos ayudar con una mandolina) y a su vez las cortamos en juliana. A este corte se le denomina patata paja o cerilla (si es una juliana más gordita).
Las introducimos en agua fría, las escurrimos y secamos bien con papel de cocina.
Por ir terminando, las freímos en abundante aceite de oliva muy caliente. Una vez están doradas, las sacamos de la sartén a papel absorbente para retirarle el exceso de aceite. Sazonamos y acompañamos a la costilla asada.
*Podemos acompañar también la costilla con una ensalada de lechugas variadas con cebolleta.
