Ingredientes (para 4 personas):
400 gr. de espinacas congeladas
3 dl. de leche (un poco más de un vaso)
35 gr. de mantequilla (2 cucharadas)
35 gr. de harina (2 cucharadas)
30 gr. de queso rallado (Parmesano o Idiazabal)
4 huevos
sal y pimienta
un chorrito de vinagre
Elaboración:
Cocemos las espinacas en una cazuela con agua y sal durante unos 10 minutos. Una vez estén cocidas, las refrescamos y escurrimos bien.
Aprovechamos ahora para hacer la bechamel: en una cazuela derretimos la mantequilla y añadimos la harina, dejamos que se cocine durante 1 minuto removiendo bien y le echamos la leche bien caliente. Dejamos que se cocine todo durante unos 3 minutos a fuego suave sin dejar de remover. Por último le añadimos las espinacas, salpimentamos y le echamos la mitad del queso rallado. La otra mitad la utilizaremos para espolvorear los huevos.
Ahora nos toca escalfar los huevos: ponemos al fuego una cazuela con agua y un chorrito de vinagre, y antes de que llegue a hervir echamos los huevos cascados y los escalfamos durante 3 minutos. Con una espumadera vamos envolviendo la yema con la clara. Sacamos los huevos con ayuda de la espumadera escurriéndolos bien.
Montaje:
Colocamos en una fuente las espinacas y encima los huevos escalfados. Finalmente espolvoreamos el queso rallado y lo gratinamos en el horno. Nosotros, en este caso, no lo hemos gratinado.