Seguro que muchos de vosotros o vosotras ya habéis degustado el Roscón de Reyes. Cada vez más es la gente que se anima a prepararlo en casa de forma artesanal. Es una receta un tanto laboriosa, pero merece la pena elaborarla en casa.
El Roscón de Reyes es un dulce delicioso, generalmente con forma ovalada o redondeada. No es frecuente, pero también lo podemos encontrar incluso de forma rectangular.
Sobre estas fechas no suele faltar en ninguna casa, aunque se puede comer en otras fechas.
Lo que muchos desconocen es la historia que guarda este dulce. En su origen, el roscón de Reyes no tenía nada que ver con el día de reyes, ni siquiera con la Navidad. Es más, ni siquiera con los más pequeños de la casa.
El origen del roscón de Reyes se remonta a la época romana, más concretamente a una de las fiestas que se realizaba. Esta fiesta era “Las Saturnales”, conocida como “La fiesta de los esclavos”. Se celebraba a mediados de diciembre en honor al dios Saturno (dios de la agricultura y la cosecha). Solía durar una semana.
Lo que se celebraba era el fin del periodo más oscuro del año, y llegaba “la fiesta del Sol” que duraba hasta el final del mes. Era el periodo que significaba el final de los trabajos del campo, acababa la siembra de invierno. De este modo los campesinos y los esclavos tenían tiempo para descansar y se les recompensaba con unas tortas redondas hechas con higos, dátiles y miel.
Una curiosidad significativa era que se introducía una haba en estas tortas que representaban la prosperidad y la fertilidad. Al esclavo que le tocaba esta haba, quedaba libre ese día. Y además de tener el día libre, pasaba a ser tratado como un rey. Aunque no creo que sea cierto del todo.
Al paso de los años, la costumbre de comer este postre se fue perdiendo en algunos lugares. Pero en otros países como en Francia quedo bastante arraigada entre la aristocracia y la realeza. Las familias se reunían para degustarlo y para ver a quién le tocaba la haba. De ahí empezó a ser conocida esta celebración como “el Rey de la haba”.
Se comenta que fue Felipe V el que trajo la costumbre a España con una nueva modalidad de premio en el interior del roscón o torta: una moneda. Con el paso del tiempo la tradición fue pasando de los más nobles al pueblo. Madrid y Sevilla fueron las ciudades que más adoptaron esta costumbre. De hecho, Madrid está considerado como la capital de roscón. Para haceros una idea, cada año suelen consumir unos 2,5 millones de roscones aproximadamente.
Hoy en día se ha cambiado la moneda por una figura de cerámica. A su vez la haba se ha convertido en un símbolo negativo. El que encuentra la figurita queda coronado como “el Rey de la fiesta” y al que le sale la haba, por regla general, paga el roscón. A su vez queda nombrado como “el tonto de la haba. Este hecho da el origen del famoso insulto que conocemos todos: “TONTOLABA”.
Bueno, se puede dar el caso de una confitería de La Bañeza (León). Comenzaron metiendo un billete de 500 euros en 2009, y este año se ha incrementado hasta los 7000 euros.
¿Qué ingredientes necesitamos para hacer un roscón de Reyes?
Si os animáis a preparar el roscón en casa tenéis que saber que ingredientes son los principales o más importantes. En este caso yo destacaría harina de fuerza, levadura de panadería y agua de azahar.
Harina de fuerza: la masa del roscón de reyes es una masa de bollería. Por esta razón necesitamos harina de fuerza para que haga su trabajo con la levadura. No tenéis ningún problema a la hora de conseguirla, en todos o casi todos los hipermercados o supermercados la podéis comprar.
Levadura de panadería: para conseguir una buena textura de bollo, es muy importante utilizar la levadura de panadería, fresca o seca.
Agua de azahar: quizás, junto a las frutas escarchadas y la almendra, sea el ingrediente básico para preparar un buen roscón de Reyes. Le da el sabor característico al roscón. Hace unos años era complicado encontrar agua de azahar pero hoy en día es relativamente fácil encontrarla.
También necesitaremos otros ingredientes como: azúcar, huevos, leche, agua, sal, mantequilla, y ralladuras de limón y naranja.
La decoración es muy personal, pero por regla general usamos: azúcar en granillo, frutas escarchadas o confitadas, almendras etc.. En fin, cuestión de gustos.
Hemos hablado de los ingredientes de la masa, la decoración, del origen… y ya sólo nos faltaría el relleno.
Hay para todos los gustos: gente a la que no le gusta relleno y gente que lo prefiere con relleno. Éstos últimos suelen decantarse por rellenos de nata montada, relleno de trufa, etc.…
¡Disfrutad de este dulce que tiene una gran historia!
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